Chino "Millonario"
Fotos: La Docta Futbol Club (Marcelo Fernández)
Ante un imponente marco de público en el Kempes, Belgrano vivió su propia fiesta en las tribunas, y el equipo le regaló a sus hinchas una muy importante victoria ante River, que ilusiona con dar el puntapié para mejorar y recuperar los puntos perdidos y el nivel futbolístico deseado.
No es un partido más, luego de aquel Junio de 2011. El día negro para la historia del "Millo", aún se recuerda y sera así por mucho tiempo más. Es un partido atrayente para todo el país, es "Belgrano-River" , los más de 22 puntos de rating en la televisión -pocas veces visto- así lo demuestran.
Lo demostraron también las más de 41.000 almas que coparon el Mario Kempes en un gran porcentaje, para alentar al celeste pese a su mal momento que atravesaba, sabían de la importancia de este encuentro y ahí estaban, pese a la intensa lluvia que cubrió a la ciudad durante todo el día. No importó, la gente lo mismo fue a incentivar a su equipo a ganar.
El recibimiento fue intenso, con miles de luces y flashes que se apreciaban en las tribunas, y el grito ensordecedor. A lo largo de los 90 minutos el clima fue apabullante para todos, cada jugada, cada falta que cobraba Echenique, cada situación de gol del local por menos peligrosa que haya resultado, en absolutamente todo, el público se hacía escuchar hasta aturdir.
En cada tirada del "Mono" Quiroga para recuperar una pelota, en cada desborde de Rigoni por derecha, en cada despeje de Pier Barrios o Lucas Aveldaño, en cada "lujo" que tiraba el "Picante", en cada matiz la hinchada acompañaba con aliento, gritos y canciones.
¿Cómo no motivarse ante semejante clima? Imposible no hacerlo. Belgrano salió con una actitud no vista en este torneo, ni siquiera en los primeros partidos. Un "Pirata" que venía mal con flojos rendimientos, ante un River que venía mejor que nunca, con tres victorias al hilo, una excelente perfomance y la posibilidad de quedar puntero.
Pero todos esos datos quedaron en el papel, porque en el campo no se vio tal diferencia. Era un cotejo parejo y muy intenso para ambos. No se hizo esperar el primer gol, a los 18, en un centro de Juan Quiroga, cabezazo de Velázquez y festejo.
Pese al tempranero empate de Teófilo Guttierrez - sólo cuatro minutos después - el partido siguió igual, con Belgrano buscando aunque sin muchos argumentos, y River lastimando cada vez que podía arrimarse al arco de Olave.
El canto "Vos sos de la B" de todo el Kempes resonó por mucho tiempo. Y el segundo tiempo fue distinto, se vio al celeste con todo el corazón y empuje a buscar la victoria, y el "Millonario" quedó relegado a intentar con alguna jugada aislada el gol, pero sin peligro.
El equipo de Zielinski motivado, intentó por todas las vías ponerse en ventaja; centros, buscapiés, desbordes, disparos de fuera del área. El tiempo pasaba y el encuentro parecía destinado al empate, cuando apareció Zelarayan con una jugada individual y un tiro que Barovero no pudo contener, y se le escapó frenando la pelota en la línea y generando la gran polémica de la que se hablará varios días.
¿Fue gol o no lo fue? La cuestión es que el estadio empezó a gritar, abrazarse, algunos hasta soltar una lágrima en forma de desahogo por todo lo que vivió y la tensión generada que fue liberada por la conversión. Otros quedaron congelados esos cinco segundos que tardó Echenique en validar el gol y señalar hacia el medio del campo.
Fue todo delirio, algarabía hasta el final. El público esta vez sí jugó, empujó a Belgrano a someterlo a River a pelotazos y centros, y "a lo Belgrano" le arrebató el triunfo tan importante y necesario para el "Pirata", que tiene el aliciente inmejorable, el envión esperado, para continuar el camino que le queda en este torneo, de la mejor manera.
