Brasil quiere la copa del papelón
Foto: La Docta Futbol Club | PH: C. N. Camargo
Mientras la prensa de ese país aún se burla por la suspensión del encuentro por falta de luz en el estadio Centenario de Chaco, los dirigentes pedirán que se les entregue el trofeo como indemnización por no haberse jugado el encuentro.
"Nos consideramos campeones", advirtió el director de selecciones de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Andrés Sánchez, al recordar que Brasil se impuso por 2-1 en el partido de ida. "Tendremos una reunión en la sede de la Conmebol el lunes, pero, en principio, Brasil es campeón. Es imposible realizar otro partido, a raíz de nuestro calendario, que es muy ajustado", dijo. Sin embargo, anoche trascendió que el organismo programaría nuevamente el cotejo, pero aún no se sabe ni fecha ni horario.
Los brasileños también se indignaron cuando se enteraron de que los habían responsabilizado del incidente. "No hubo ningún accidente con el micro que trasladó al equipo", agregó Sánchez, quien entregó un video donde muestra las maniobras del ómnibus.
Para Sánchez, la cancelación del partido decisivo del "Superclásico de las Américas reflejó la precariedad de la infraestructura del estadio en Resistencia, elegido por la AFA como sede de la revancha entre los dos archirrivales del fútbol sudamericano. "Siempre que la política se mezcla con el fútbol hay problemas. Me parece una falta de respeto hacia el público", expresó el dirigente.
Idéntico diagnóstico hizo el comentarista deportivo Leandro Quesada, quien sostuvo que este choque sirve "a los intereses políticos de la CBF y de la AFA y, en consecuencia, de los gobiernos de los dos países. "Resistencia es gobernada por Jorge Capitanich, uno de los principales aliados políticos del gobierno de Cristina Fernández.
Como la AFA y los clubes argentinos enfrentan una crisis financiera, el gobierno perdonó la deuda de casi 100 millones de dólares. A cambio, la Presidenta... usa la selección argentina para fines políticos", agregó. Para el analista, el incidente representó "una vergüenza para Argentina y también para la selección de Brasil, que se somete a este tipo de conchabanza política".
