Instituto viene en levantada. Cosechó dos triunfos al hilo por primera vez en el torneo. Los Mazzola, Carlos y Nicolás, protagonistas de está recuperación.
Cuando la "Gloria" no podía estar peor, en la última posición de la tabla, sin poder ganar de local y con un equipo que nunca pudo funcionar, apareció un señor de perfil muy bajo, para hacerse cargo de una situación que parecía irreparable.
Carlos Mazzola llegó a Alta Córdoba como un desconocido para muchos, con el buen antecedente de haber ascendido a Sportivo Belgrano de San Francisco a la B Nacional por primera vez en la historia. El entrenador, aportó tranquilidad y mucho trabajo, y fecha a fecha, Instituto continúa mejorando.
Desde su llegada, Mazzola dirigió al albirrojo en 5 encuentros (2 victorias, 2 empates y 1 derrota) y logró hacer funcionar un equipo que parecía perdido. La clave para el entrenador: la confianza. El DT convenció a sus jugadores de que podían y logró que Instituto ganara en condición de local ante San Martin (SJ), el puntero en ese entonces, y además logró dos victorias consecutivas al vencer a Ferro, en Caballito, donde nunca antes en su historia había logrado ganar.
En la cancha, el equipo continúa definiendo su personalidad, pero mantiene una continuidad tanto en esquema como en intérpretes. En estos 5 partidos con Mazzola en el banco, ha convertido 6 goles, uno menos de los que había cosechado hasta la llegada del entrenador (7 goles hasta la fecha 10). Responsables de esta mejora en los números son los delanteros que atraviesan por un buen presente. Ambos, contribuyeron con un tanto en cada una de las dos últimas victorias del albirrojo: Javier Velázquez lleva convertidos 4 goles y Nicolás Mazzola tiene 6 tantos en su haber. Este último, no tuvo mucha banca en su llegada a la "Gloria", pero sin embargo, es el goleador del equipo y del torneo, junto con Claudio Guerra de Unión.
El equipo levanta la cabeza, evidenciando una mejoría en el funcionamiento colectivo, mediante los conceptos tácticos y la confianza que transmite Carlos, el DT, mientras que en la cancha, jugadores como Nicolás cumplen con creces, mediante sacrificio y efectividad en el arco rival. Mazzola, es el apellido común que tiene este nuevo Instituto que intenta, de a poco, meterse en la conversación con los de arriba.