Una cerveza para olvidar
Foto: La Docta Futbol Club (Marcelo Fernández)
Belgrano no pudo quebrar el empate ante un rival accesible como Quilmes. De local, no pudo relucir un poco de su chapa y se lleva un punto que no tiene sabor a nada. El gol lo hizo Julio Furch.
Rápidamente se puede afirmar que se dio lo que se esperaba. Un cotejo pobre y aburrido entre dos equipos que están últimos en la tabla y no tienen mucho más para ofrecer que un inocuo espectáculo.
Un primer tiempo totalmente para el olvido. Ninguno de los dos equipos sabía lo que era jugar siquiera con la pelota en el piso. Todo el tiempo eran pelotazos al vacío, rifando el balón a cualquier lado, realmente haciéndolo "a lo que salga". No es algo que se pretende en un partido de fútbol, pero fue digno de dos equipos que están últimos en la tabla y no tienen salida.
Pobre y pésimo cotejo. Sólo algunas pinceladas de Zelarayán en algunos momentos del encuentro, o pasajes totalmente aislados de presión arriba que en diez minutos ya se perdió. Y fueron 35 de ver la pelota de un lado al otro sin circuito. Un mal a la vista.
La incidencia fue la salida de Gastón Turús por una supuesta quebradura en su brazo derecho; a su lugar lo ocupó Renzo Saravia.
Pero al minuto del complemento todo da un giro inesperado: primer jugada, Velázquez echó un centro por lo bajo que Julio Furch intercepta e ingresa al arco con todo su cuerpo y la pelota: gol. Aquí comenzó otra cosa, con Belgrano agazapado y preparado para liquidar el pleito en cualquier contraataque.
Quilmes carente de ideas salió en busca de la igualdad. La batalla de golpe se comenzó a tornar entretenida. Saravia en una contra letal pudo ampliar la diferencia pero su disparó pasó a milímetros del palo derecho de Benítez. Luego Olave contuvo bien un tiro abajo de González y Lema despejó consecuentemente.
El empate llegó por intermedio de Sebastián Martínez tras un corner bien ejecutado. Acto siguiente el "Picante" probó otra vez una pirueta con el arquero vencido que se fue afuera, algo ya muy común en el delantero cada partido intentarlo. En consecuencia el celeste marró una posibilidad muy concreta de ponerse nevamente en ventaja.
Sobre el final Belgrano intentó pero no pudo quebrar la monotonía del empate, que deja un sabor a muy poco y la sensación de que ya no hay salida de este mal momento, que el celeste esta destinado a terminar entre los últimos.