La paciencia y la convicción dan sus frutos
Foto: La Docta Futbol Club | PH: C. N. Camargo
El "Pirata" vive un momento histórico, pero detrás de ello hay un trabajo que llevó su tiempo.
"Todo lleva su tiempo". Ésta frase se aplica tanto en la vida como en el fútbol, ya que los logros conseguidos por los equipos son consecuencia de procesos que llevan tiempo de trabajo arduo y consistente para encontrar el camino a la felicidad.
Belgrano no es la excepción, porque este presente gratificante es el resultado de una labor de varios años, que todavía no llegó a su techo, pero que le da a sus hinchas tranquilidad y optimismo para lo que viene.
Corría diciembre de 2010, cuando Belgrano debía buscar técnico por octava vez desde su descenso en 2007, para volver a la máxima categoría. Ricardo Alberto Zielinski, que acreditaba un ascenso con Chacarita en 2009 y que había estado dirigiendo a Patronato de Paraná, se hacía cargo del "Celeste" prometiendo trabajo y seriedad.
Le llevó varios partidos encontrar el equipo, y cuando lo hizo se asentó y fue saliendo de memoria, escalando hasta llegar a puestos de promoción, algo impensado antes de su arribo.
El 26 de junio de 2011, el Belgrano del "Ruso" daba el gran golpe y comenzaba a hacer historia, mandando al descenso a River por primera vez en su historia, mientras que la parte dirigencial cumplía su objetivo y devolvía al club a los socios el 1 de julio, tras nueve años de gerenciamiento.
El primer objetivo era asegurar la permanencia en Primera, por lo que el plantel se planteaba conseguir 50 puntos en la temporada. Se mantuvo la base que había ascendido y se trajeron refuerzos, de los cuales varios se adaptaron bien y se ganaron un lugar en el corazón del hincha. El Apertura 2011 lo tuvo entre los cuatro primeros, alcanzado con 31 puntos, la mejor campaña en torneos de Primera, incluso no perdió de visitante y venció a tres grandes y empató con Boca, campeón invicto.
Pero faltaba para conseguir la meta de las 50 unidades, por lo que jugadores, cuerpo técnico y dirigentes, respondían que primero debían asegurar la permanencia cada vez que eran consultados sobre las posibilidades del equipo. Con trabajo, sacrifico y perfil bajo, se llegó a la meta faltando 4 fechas para el final del torneo Clausura. Pero lejos estaba Belgrano de plantearse otro objetivo que no fuera sumar para asegurar la permanencia.
Duro, conocedor de sus limitaciones y potenciando al máximo sus virtudes, se convirtió en un rival muy difícil para cualquiera. Es criticado por no jugar "lindo", como si su oponentes fueran imitadores del Barcelona.
El Torneo Inicial 2012 lo encontró en el pelotón de arriba, ganándoles a cuatro de los cinco grandes y siendo "el duro" Belgrano. Pero cuando se le preguntaba a técnico y jugadores, la respuesta era la misma: sumar para asegurar la permanencia. La campaña fue histórica, ya que finalizó 3° con 36 unidades y sólo tres derrotas.
La posibilidad de clasificar a la Copa Sudamericana estaba latente, pero en los primeros partidos, la meta era sumar y si llegaba algo bienvenido sería. En lo institucional, el predio de Villa Esquiú quedaba en manos del club y se anunciaba la construcción de un hotel para las inferiores.
A la base de jugadores históricos se sumaron los pibes del club como Pittinari, Etevenaux, luego Melano y por último, Zelarayán, Saravia y Rivadero; que son el futuro del "Pirata".
Tras asegurar la permanencia en la máxima divisional por otra temporada, los cañones apuntaron a la Copa.
El domingo, Belgrano se clasificó por primera vez en su historia a un torneo continental, confirmando el gran momento que vive. Pero llegar a este presente le llevó tiempo, confiar en un proyecto, apoyarlo, trabajar con seriedad, perfil bajo y consistencia.
Cuidado rivales, esto recién comienza y el barco peligroso del "Pirata" todavía no zarpó.